el documento rAta 2 - jerry cornelius
Estaba tranquilamente durmiendo, de medio lado, con una pierna encogida mientras el antebrazo derecho le servía de almohada, pues ésta había desaparecido por las grietas de tan placentero mundo. Un leve movimiento de la pierna, un ligero gruñido y despertó sobresaltado. Alzó la cabeza que precedía al cuerpo en el gesto, abrió totalmente los ojos. Con cara de asombro fue apoyando los pies sobre las frías baldosas de un sueño que no reconocía. La oscuridad tomó luz mientras esa figura femenina aparecía. Tendría unos veinte años, preciosa mirada de ojos verdes y pelo lacio muy largo, que resaltaba con la palidez de un rostro que iluminaba la habitación. Vestía de negro y sonreía mientras le tendía la mano. El despierto no sabía qué era lo que veía pero el frío suelo le recordaba que estaba despierto. Quiso comprobarlo y tendió su mano pero, lejos de atravesar los dedos de la dama su mano se prendió con fuerza de aquella otra mano electrizada y tierna. Se sorprendió mucho y la joven parecía entenderlo y, tras un primer contacto, tiró de él para incorporarle, lo que no le costó mucho. Le arrastró durante todo el recorrido por la casa mientras él tropezaba con cualquier cosa que hubiera en el camino. Llegados a la puerta de la terraza la mujer le soltó, abrió la puerta y entró en el balcón mientras le decía que le siguiera. El despierto contempló cómo se perdía en la terraza la joven extraña y entró tras ella mientras las cortinas se balanceaban en el aire. Después, la terraza quedó desierta y todo volvió a la penumbra.
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