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el documento rAta 4 - gazpachoman

Cutreland París Chonicles (IV)

 

 

Que madre no hay más que una bien lo saben en esta tierra de

sangre y fuego. Si no me creéis, prestad atención: en cuanto el

hombre tormenta, el hombre que se jactaba de haber obligado a

Dios a exiliarse al Paraíso "por ser el mundo demasiado pequeño

para los dos", llegó a Cutreland París con promesas de venganza,

Ludovica Pasión fue a rogarle en un mar de lágrimas por la vida de

El Guaperas Underground. Dado que también había tenido madre y

sabedor de que su amigo O Rei do Chichinabo había perecido en un

noble lance de amor, Johhny Cadáver ejercitó sus dotes

salomónicas y preguntó a Ludovica Pasión qué castigo aplicaría a su

propio hijo por el crimen cometido. ¡Terrible instante para la famosa

bailaora! quien, al borde del desfallecimiento, sintiose de repente

poseída por la Divina Gracia y abrió la boca para pronunciar estas

palabras: "Puesto que por una mujer ha matado, justo es que en

mujer se convierta. Y puesto que en el nombre del Amor ha matado,

justo es que, bajo el muy artístico nombre de Dolores Rubirosa, a

cantar al Amor dedique el resto de sus días". Y Johnny Cadáver dijo:

"Así sea". Y así fue. (¡Quién se atreve a imaginar de qué horrible

manera hubiera partido del mundo el, hasta entonces, joven

más hermoso de estos lares de no haber intercedido la madre que lo

parió!).

Que madre no hay más que una bien lo saben en Cutreland París.

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